En la ladera del Monte Martinzábal, y atravesado por las aguas del río Ega,  se encuentra el pueblo de Navarrete.

En 1556 se le conocía con el nombre de Navarretejo, para diferenciarlo de Navarrete, de la Rioja, y pertenecía al pueblo de Bernedo,

Sus casas de piedra, luciendo en sus fachadas los escudos de armas, nos  hablan de su pasado noble.

La Iglesia Parroquial de San Juan está en lo alto de un pequeño montículo, presidiendo el pueblo.

De su casco histórico podemos destacar las casas blasonadas: en la calle de Abajo, la casa solariega de los García Mayoral, la de Los Resines, y Los Lasaga. En la calle del Medio, se encuentra la casa solariega, con escudo de armas, orla y cordones de obispo de los Martínez de España. En la calle Fuente Vieja, un escudo de puerta y cadenas, y la inscripción Nafarrete que significa «Puerta de Navarra».

Un molino harinero, situado en las Fuentes del Soto, abastecía en la antigüedad a este pueblo. Hoy se encuentra en ruinas, aunque pueden apreciarse los restos de la presa, el sistema de apertura y cierre y una piedra de moler rota.

Navarrete tiene 2 fuentes repartidas por el pueblo; la fuente vieja y la fuente-abrevadero.

Iglesia en honor a San Juan Bautista

Situada en un pequeño montículo, en el centro del pueblo, se encuentra la Iglesia Parroquial dedicada a San Juan Bautista.

El templo, de una sola planta, se dispone en tres tramos ligeramente ensanchados en forma de cruz. La bóveda de cañón cubre todo el templo, adornada con estrellas y nervios curvos en su segundo tramo y apoyada en ménsulas con dentículos. Se construyó en el siglo XVI o XVII. En sus paredes laterales, pinturas del siglo XVIII con figuras de Santa Lucía, Santa Bárbara, San Blas, San Antonio Abad y Santa Apolonia. En el segundo tramo de la bóveda, un medallón y la inscripción «Parrocho Compañón decoloravit et dealbavit me mata. 1797».

El pórtico se construyó en 1757. Está abierto por tres arcos de piedra de sillería, el del medio rebajado y los otros dos de medio punto.

La portada es de finales del siglo XVI o comienzo del XVII. La Torre, de mampostería, con cuatro arcos para las campanas. El retablo central, del siglo XVII, lo preside San Juan Bautista, y a sus lados los relieves del Bautismo de Cristo y la Degollación de San Juan. En la parte superior hay un hermoso relieve de Jesús Crucificado. En la puerta del sagrario, un relieve de Cristo, y a sus lados, los relieves de San Pedro y San Pablo.

Los retablos laterales están dedicados a las imágenes de Nuestra Señora del Rosario y San José, San Jorge y San Sebastián.