En terreno llano, rocoso y protegido por la Peña Askana, se encuentra la villa de Markinez.

Por sus cuevas artificiales y grutas, se cree que fue poblado en la protohistoria. En el siglo XI aparece en el cartulario de San Millán, dividido en dos; Marquina de Yuso y Marquina de Suso. En 1257 figura como una sola población con el nombre de Marquíniz. Entre las villas que los Caballeros de la Cofradía de Álava cedieron en 1258 al rey Alfonso X El Sabio, se encuentra Marquíniz. En 1349 fue comprada por el Señorío de los Ayala, hasta que en 1557 fue vendida por el Conde de Salinas al obispo  D. Diego de Álava y Esquibel. En 1757 sus vecinos la hicieron villa realenga, al comprarla libre y exenta a D. Gaspar de Álava y Aranguren, y en 1785 colocaron en la fachada de la Casa Consistorial el escudo con las armas reales.

El caserío de Markinez esta bañado por las aguas del río Molino que divide el pueblo. Sus casas se concentran a lo largo del cauce del río, y de ellas debemos destacar las casas blasonadas, construidas en piedra de sillería y con los escudos de armas en sus fachadas: la casa solariega de los Samaniego, año 1692; la de Los Samaniego-Álava-España, de 1814: la casa-palacio de los señores de la villa, los Álava-Esquibel, con el escudo de Castilla y León y fechada en 1781 y la casa de los Gauna, del siglo XIX.

En el término de Larrea se encuentra un paraje pintoresco, formado por rocas grandes que emergen del suelo, donde se encuentran las cuevas artificiales. En la de Santa Leocadia, en su interior, podemos ver dos relieves célticos de la Diosa de Epona. La cueva de San Salvador tiene un relieve de tres arcos.

Entre las rocas, podemos destacar la Peña del Castillo, próxima a la Ermita de San Juan, cuya fortaleza en ruinas conserva el aljibe y la escalera de caracol, esculpida en la roca, y que nos conduce a la parte más elevada, desde donde divisamos el valle y el pueblo.

Marquínez, como los pueblos de los alrededores ha visto crecer su casco histórico en los últimos años por la construcción de casas unifamiliares.

Iglesia en honor a Santa Eulalia

En lo alto del pueblo, a la sombra de la Peña Askana, se encuentra la Iglesia Parroquial de Markinez, dedicada a Santa Eulalia.

El templo es de forma rectangular, aunque su ábside se ensancha hacia los lados en forma de cruz. La bóveda es de crucería, formando estrellas que en el ábside y el presbiterio son floreadas. Los muros se apoyan en columnas adosadas, y en ménsulas de crucero. Se construyó a finales del siglo XVI.

Actualmente la iglesia está cerrada y todo lo que en ella había se ha llevado a una capilla habilitada para dar las misas. Esta se encuentra cerca de la iglesia, en un edificio que hace las veces de centro social.